Tras desayunar nos fuimos hacia el centro, ya que la primera mitad del día lo teníamos reservado para visitar el palacio Drottningholm. El barco que nos llevó al palacio lo cogimos en el muelle de Stadshusbrom junto al ayuntamiento, y el viaje duró aproximadamente una hora.
La verdad es que el viaje en barco fue muy chulo, bastante mas que el que hicimos el día anterior, el barco era mejor y la vistas y los lugares que vimos ni que decir tiene, a lo largo del trayecto pudimos ver un montón de pequeñas islas, donde la gente aprovechaba para ir con el barco a pasar el día.
Viaje en barco
Viaje en barco
Viaje en barco
El palacio era un edificio impresionante del siglo XVII, uno de los mas fastuosos de su época. Actualmente parte del mismo era utilizado por la familia real como residencia privada, así que la visita interior en nuestra opinión fue un poco pobre, ya que no te enseñaban demasiadas salas. Dentro de lo que se puede visitar lo más destacable, es la biblioteca de la reina Luisa, la alcoba de la reina Eleonora y la escalera.
Fachada delantera del palacio
Lateral del palacio
Fachada trasera del palacio
Interior del palacio
Interior del palacio
Vistas de los jardines desde el palacio
En el recinto del palacio, aparte de este, también se podía visitar, el teatro del palacio y su museo, y el pabellón chino.
El pabellón chino, fue un regalo del rey Adolfo Federico a su esposa la reina Luisa Ulrika. En aquella época por todo Europa se extendió un enorme interés por todo lo oriental. El pabellón representaba lo típico bien en china y Japón hará unos 250 años.
Pabellón chino
Interior del Pabellón chino
Si la visita anterior fue interesante, la del teatro fue más si cabe, data de 1776 y es uno de los teatros mas antiguos del mundo todavía en funcionamiento. Es muy curioso poder oír los efectos de sonido, por ejemplo, una caja de madera llena de piedras hace los truenos, el escenario y etc. Comentar que la visita al teatro es guiada, así que esta sujeta a unos horarios, y con antelación hay que reservar sitios ya que el cupo es limitado.
Edificio del teatro
Aparte de lo anteriormente comentado, otra cosa que nos encanto, fue en entorno donde estaba ubicado el palacio, así como los impresionantes jardines que lo rodeaban. La gente aprovechaba los cuidados campos para merendar, tomar el sol, etc.
Jardines del palacio
Jardines del palacio
Como a la ida, el barco de vuelta salía cada media hora más o menos, una vez visitado todo nos volvimos a Estocolmo.
Vista de Estocolmo desde el barco
Para acabar el día nos fuimos a la isla de Sodermalm, donde estuvimos en la calle Fjallgatan, una antigua zona obrera, llena de casitas bajas, desde donde se tienen unas de las mejores vistas del Estocolmo. Totalmente recomendable, que además de por su belleza, el acceso desde Gamla stan era muy fácil, incluso viniendo aquí podréis ver el Kattarina, el ascensor panorámico.
Vistas desde Fjallgatan
Vistas desde Fjallgatan
Ascensor Katarina
Desde aquí nos fuimos al metro y al hotel.